Después de casi dos años en los que el mundo laboral se ha visto agitado desde los cimientos debido a una pandemia global, hemos aprendido a esquivar de la mejor manera posible los contratiempos. Durante este tiempo, la manera en la que nos relacionábamos con nuestros compañeros, jefes y clientes ha cambiado y eso se ha visto reflejado en la comunicación y los mensajes que lanzamos al mundo.
Si hay algo que las agencias de comunicación han demostrado a lo largo de este tiempo es su capacidad de adaptarse a las peores situaciones. Así es como han conseguido sacar los mensajes mejor acomodados a su audiencia. Durante este 2022 se asentarán las tendencias que se crearon en los últimos años, dando rienda suelta a nuevas estrategias y formas de llegar al público.
Las empresas dejan de ser un organismo y pasan a ser más humanas. Vemos la personificación de estas en los trabajadores y su vulnerabilidad al verse afectadas por esta situación sanitaria tan compleja. Una realidad que hace que el público se quiera acercar a ellas. Así, las compañías aportan un valor. Al verse humanas también muestran y comparten las preocupaciones de la población. Si se consigue trabajar con un bien social que su público comparta, las empresas se verán arropadas por su gente. Valores como la importancia por el medio ambiente, la sostenibilidad, y en sí, responsabilidad social para las personas y el planeta, son algunas de las claves para llegar al consumidor.
Por supuesto las redes sociales seguirán reinando sobre la mayoría de las plataformas a la hora de comunicar como marca. Rápidas, baratas y con gran capacidad de alcance. En ellas todas las campañas tienen espacio, con una buena planificación puedes expresar tu mensaje. Con la novedad que Facebook nos aportó el año pasado con Meta, ahora las diferentes cuentas están conectadas de una manera constante y mucho más fluida, haciendo así mucho más accesible el tener un mensaje transversal y coherente a lo largo de todos los perfiles.
En cuanto al público, una de las ventajas que ha tenido el traslado de la mayoría de las empresas al mundo virtual es que se les ha dotado de un control que ostentaban otros tomadores de decisiones. De un tiempo a esta parte ya no solo pueden decidir si algo les agrada o no en tiempo récord, si no que además esa respuesta es instantánea para la compañía. Tienen el control de las campañas de comunicación.
El comercio electrónico como tendencia
Adentrándonos en el mundo online y cibernético, vemos la tremenda superioridad de campañas de e-commerce que se muestra imparable como una de las máximas tendencias de comunicación de 2022. El estudio que realiza anualmente IAB.Spain refleja que el comercio electrónico ha vuelto a crecer en 2021: el 76% de los internautas de entre 16 y 70 años ha comprado a través de internet, un 4% más que el año anterior. La pandemia ha acelerado un proceso que ya estaba creciendo considerablemente antes del confinamiento. Por tanto, factores como limitar la libertad de movimiento o el miedo a contagiarse en espacios cerrados, han dado como resultado que la sociedad utilice de manera recurrente los canales online para realizar sus compras. Y no parece que sea una tendencia que vaya a decrecer.
Como consecuencia, la estrategia en el punto de venta de las marcas ha cambiado. El retail ha evolucionado hacia un modelo BOPIS (Buy Online and Pick up In Store), en el que el comprador puede aprovechar lo mejor de cada formato: comprar ágilmente online para después poder ver el producto en persona antes de llevárselo a casa.
Paradójicamente, previamente hemos comentado el humanismo de las empresas. Mientras de cara al público cada vez muestran creencias y valores más personales, de puertas para dentro, la innovación y el desarrollo de tecnologías para conocer a la población no hace más que aumentar. Así consiguen aprender de sus potenciales clientes y conocer sus necesidades para poder amoldar su empresa como un sastre a su público.
En conclusión, las agencias de comunicación han de trabajar por lanzar mensajes de sus clientes que expresen humanidad, cercanía, valores sociales y personales, accesibilidad y modernidad. Con las nuevas tecnologías como bandera, plantear metas que cumplan estos puntos es cada vez más alcanzable y resulta más fácil conocer el público final para poder dar en la diana con sus necesidades.